En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía Cristian Moreno, un actor de los de guion desgastado, casting eterno, cámara humilde y sueños de alfombra roja. De muy joven tenía claro que quería ser actor y así se lo hizo saber a sus padres. Sus primeras palabras encima de un escenario fueron “quiquiriquí”. Quién sabía lo que aquello desencadenaría. Empezó haciendo teatro en el colegio donde cogiéndole el gustillo, sin duda alguna, tomó la decisión de dar un paso más en su profesión y a Madrid se marchó para poder ...
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía Cristian Moreno, un actor de los de guion desgastado, casting eterno, cámara humilde y sueños de alfombra roja. De muy joven tenía claro que quería ser actor y así se lo hizo saber a sus padres. Sus primeras palabras encima de un escenario fueron “quiquiriquí”. Quién sabía lo que aquello desencadenaría. Empezó haciendo teatro en el colegio donde cogiéndole el gustillo, sin duda alguna, tomó la decisión de dar un paso más en su profesión y a Madrid se marchó para poder formarse como era debido. Empezó en la Escuela TAI y terminó haciendo diversos cursos con directores de casting y otros talleres con diferentes docentes para cubrir varios aspectos y probar distintas técnicas. Para seguir creciendo como actor tomó una decisión. Londres. Además de crecer y aprender de la vida, decide mantener conexiones con Jorge de Juan donde estudia en la Spanish Theatre Company. En 4th Monkey prueba la técnica Meisner y la repetición, la repetición, la repetición. En el London Studio con Tim Kent se da cuenta de que sí esta en contacto con la emoción y su parte más sensible, pero lo que más lo marca de aquella anglosajona aventura es un curso que hace con Bernard Hiller, coach de L.A que más que enseñar una técnica en concreto le hace ver que ahí fuera hay gente que está dispuesta a hacer lo que él no. Pasado un tiempo, con el frio y la lluvia habiendo calado en sus huesos, Cristian vuelve a España para seguir su camino, pero no os dejéis engañar, pues en alguna que otra ocasión ha pensado en dejar su profesión, aunque siempre hay algo que le hace volver y no se sabe muy bien la explicación. ¿Será una voz en su interior? No lo sabemos, pero él sigue su formación, con Fernando Piernas en esta última situación. Si hubiera algo que destacar de Cristian sería su tesón, sus ganas de aprender y cada vez hacerlo mejor. Es muy creativo y gracioso, pero también tiene corazón, le gusta que lo dirijan para dar lo mejor de sí mismo.